Marzo 24

Eclesiastés 11:1

Echa tu pan sobre las aguas; que después de muchos días lo hallarás.

El sentido principal de este versículo es que debemos compartir con los demás, y esto resultará en bendición para ellos, y para nosotros también. Debemos compartir nuestros bienes materiales tanto como espirituales. Debemos compartir el evangelio con los que no conocen a Cristo, o sea, los que no quieren acudir a Él. Dios nos promete que si somos diligentes y generosos, podemos esperar una cosecha abundante, es decir, que por nuestra diligencia y fidelidad, muchas personas vendrán a Jesucristo que de otra manera no vendrían. Salmo 126:6 nos dice que el que con tristeza y lágrimas reparte la semilla preciosa del evangelio, “volverá con regocijo, trayendo sus gavillas”, y algún día vamos a oír nuestro Padre Celestial decir, “Bien, buen siervo y fiel”, Mateo 25:21. Pero Pablo nos advierta que “El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra en bendiciones, en bendiciones también segará”. 2 Corintios 9:6.

Comentario por Francis L. Harris

"...¿qué debo hacer para ser salvo?" Hechos 16:30