Julio 27

Génesis 7:1

Y JEHOVA dijo á Noé: Entra tú y toda tu casa en el arca porque á ti he visto justo delante de mí en esta generación.

Si hubiera sido Noé que cerrara la puerta, cuando las lluvias fuertes pegaban al arca, y el arca se meneaba en las olas furiosas, el tendría mucha razón para preocuparse por su seguridad. Pero fue el Señor que la cerró. ¿La puerta se abrirá o goteará? Yo creo que no. Así es nuestra salvación; no es de nosotros; es la obra de Dios. DIOS mandó a su Hijo, JESÚS sufrió por nuestros pecados, y EL ESPIRITU SANTO nos bautizó en el cuerpo de Cristo. Cordón de tres dobleces no se rompe fácilmente, especialmente cuando es divino.

Cuando rugen las tempestades de la vida, y nuestro barquillo se menea por las olas violentas, estamos salvos y seguros porque la salvación es la obra de Dios. Es Dios que nos salvó y nos encerró. Si tú te quedas cerca a la puerta dudando que se quede firme, o si se va abrir, tal vez eso se debe a que sientes que fuiste tú que cerró la puerta, y la selló. Si fuera así, bien puedes preocuparte. Debes confiar en Cristo, encomendarte al Padre, y descansar en el Espíritu. Es Dios que nos llamó, es él que nos salvó, y es él que nos encerró en el Arca. Toda gloria, honra, y alabanza sea a él. Amén.

Comentario por Francis L. Harris

"...¿qué debo hacer para ser salvo?" Hechos 16:30