Noviembre 6

Salmos 58:11

Entonces dirá el hombre: Ciertamente hay fruto para el justo; Ciertamente hay Dios que juzga en la tierra.

El versículo previo en Salmo 58:10 habla del pavoroso juicio de los perdidos, o sea, los que no se han entregado a Cristo para ser salvos. Este juicio viene como una sorpresa completa tanto al santo como al pecador, quienes se han acostumbrado a ver la prosperidad y la impunidad de los pecadores. De manera que se echa de ver que esta vida no es un accidente de la evolución, o como dijo Shakespeare, “un cuento contado de un idiota, lleno de ruido y confusión, que no significa nada”. Así es que con gran asombro la gente dirá, “Con que de veras hay un Dios, y Él se da cuenta de todo lo que pasa”, y el paciente y fiel Cristiano es premiado por oír la voz del Padre decir, “Bien, buen siervo y fiel”, mientras a la misma vez miran el horror del malhechor que vivía toda la vida ignorando al Creador, haciendo lo que le daba la gana, mintiendo, maldiciendo, tramando; en la lascivia y el fraude, asi abriendo paso en su camino hacia una eternidad de lamentos y de sufrir, sin Dios y sin esperanza.

Comentario por Francis L. Harris

"...¿qué debo hacer para ser salvo?" Hechos 16:30